domingo, 12 de octubre de 2014


Entrego lo que guardo, lo que amarro.
Es ese salto al infinito que desdeña todo recelo.
Lo dejo, lo suelto.





sábado, 15 de marzo de 2014

Un recuento de arena

Lo que soy.
Un montón de vos
de todos
de cada uno.
Un montón de pedazos,
un recuento de arena.
Ya no me recuerdo  ¿fue hoy o mañana?
Si pasó o está por verse.
Ya no me acuerdo del tiempo ni del lugar.
Sólo del instante,
que en algún rincón espera su llegada
y donde acá ya se sintió.

Voló, me abrazó y siguió.

viernes, 7 de marzo de 2014

Mañana tan lejano.
¿Mañana?
Eso que no existe, ni existirá.
El mañana que se escapa, que huye-
Que se aloja en el horizonte. Ahí donde nunca llegamos.
Y en el momento en que lo digo, ya no existe.
El momento que se desvanece. El tiempo que se esfuma.
El ahora que muere
El mañana, tan lejano.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Y ahora estaba allí, tendido en el suelo. Yacía inmóvil, solemne. La luz abrazaba sus carnes aún suaves. La tierra comenzaba a envolverlo. Caricias y roces que exigían lo una vez prestado.
Muerto, inerte, tenía más vida que cuando transitaba los suelos. Ahora era un viajero del universo. Un extraño. Ahora comprendía el giro de la eternidad.

miércoles, 19 de febrero de 2014

                                                  Al hombre sentado tras la ventana

Inoportuno, detrás del roble tallado; el cristal entre la fábula y lo real.  Sentado, café en mano, el hombre que envejece mas no perece. En él la tradición se funde en lo cotidiano, la danza otrora que arriba al inicio, extasiada.  A veces observa la lluvia y la gente deambula apurada. Otras, el sol le atraviesa, la gente igual de apurada.

Sentada en otra esquina, la mujer que tampoco perece, observa detrás de la humeante taza, al viejo de la cafetería que, mirando por el vidrio, contempla el mundo, y repite la eterna historia.